2 de
octubre de 2013 y la situación en Liga se nos ha complicado sobremanera después
de perder contra el Atlético de manera digamos un poco apabullante. Venimos de
semanas en las que el juego del equipo parece adormecido como si de la pastilla
de éxtasis de Mourinho hubieramos
pasado a la de orfidal de Ancelotti.
De fútbol
hablaremos otros días porque hay argumentos para el debate, podemos debatir de
todo, pero hoy no me apetece, quiero hablar de sentimiento.
Llegado a
este punto tenemos varias opciones para continuar hasta mayo. Y en ambas se
pica carne, se tritura carne y se destroza carne. Debemos elegir si picamos
carne propia o ajena.
Si elegimos
la propia, la canallesca ya nos ha puesto carne de primera en las figuras de
Carlo y de Benzemá. La trampa está servida, en la dirección que ellos quieren,
destripamos un nuevo entrenador y postulamos a un canterano (no entro en lo
futbolístico) que ya nos pagará los favores con entrevistas de su entrenador de
juveniles o con las memorias de cómo empezó en esto del fútbol.
Ahora bien,
si desde el Mourinhismo algún legado se debería haber quedado grabado a fuego
es el de la confianza en un proyecto, el de la defensa del Club por encima de
intereses bastardos de los grupos de comunicación, que en el momento actual de
crisis sólo ven un salvavidas llamado Real Madrid. El control del Club pasa por
la explosión del madridismo hacia todo lo que representa ahora mismo, así que
tenemos que decidir.
Si elegimos
picar carne ajena podemos empezar por destrozar uno tras otro a todos los
equipos que se pongan por delante, insertar en la cabeza de cada uno de los madridistas
el gen de las remontadas, de la superación a la adversidad como en los últimos
años. Desde 2007 en las remontadas de Capello, hasta la remontada en la Supercopa de la 2008 con
9 contra el Valencia o las mil y una noches en las que el Bernabéu se transformó
en una tormenta perfecta. De nosotros depende.
Este proyecto estaba basado en 4 pilares fundamentales: El fichaje de Carlo y jugadores “de equipo”, el fichaje de Bale, la renovación de Cristiano y el nuevo Bernabéu (que ya os adelanto que lo hará Foster casi al 100%). Todos estos argumentos son ilusionantes en sí mismos. Queremos picar carne? Queremos destrozar esto?
Yo elijo la
segunda opción, me motiva mucho más, tengo muchas más razonas para elegir esa
opción que la anterior, no voy a darle el gusto a los que detrás de la puerta
nos esperan con la guadaña con sus plumas y sus micrófonos, ni tampoco voy a
dejar que el antimadridismo militante se declare en estado de euforia ante el
estado de depresión del madridismo.
Tú qué
eliges: Propia o ajena?
@robcrack10
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